Todos queremos salir adelante, lograr cosas, en cierta manera ser reconocidos y poder ir a la playa cada vez que nos de la gana. Pero muchas veces la realidad es otra y no hablo solamente en sentido económico sino también de responsabilidades, compromisos, etcétera.
Una serie de situaciones, problemas, pretextos y demás que envuelven a nuestra cabeza impidiendo tener un claro panorama de dónde estamos parados. Es cierto que a veces se nubla tanto nuestra cabeza que ni nosotros mismos sabemos que es lo que queremos, ni para qué lo queremos, ni a dónde vamos. Esto pasa porque dejamos de creer en nosotros y empezamos a creer en lo que nos dicen nuestros amigos, pareja, familia; claro puede ser que tengan razón algunas veces, pero si su forma de pensar no va con la nuestra o simplemente hay algo dentro de nosotros que nos esta gritando ¡No hagas caso! sigue tu intuición, pensamiento, pepe grillo o cómo le quieran llamar. ¿Por qué no tiene la fuerza que debería para hacerle caso? Porque todo nuestro cuerpo está nublado por la negatividad, inseguridad, frustración y miedo al fracaso.
Seamos honestos, es mucho más fácil seguir el consejo de otro cuando no estamos seguros de una acción ¿Sabes por qué? Porque tenemos un chip que entra como piloto automático cuando algo sale mal y sirve para auto sanar nuestro sentimiento de “la regué” porque ese “la regué” se convierte en “fulanito me dijo que…, vez te dije que no era lo correcto, pero le hice caso”. Aliviamos nuestro dolor echando culpas o simplemente victimizándonos.
Para que esto quede más claro definiré cada sentimiento que toma poder de ti evitando que tomes riesgos esto con el fin de que lo identifiques y puedas combatirlo.
Negatividad.- Ya habíamos hablado de este terrible síntoma que traemos desde el nacimiento. Tu energía llama al universo, no son locuras de chinos, si crees que no lo puedes lograr tu energía y cerebro trabajaran para que no lo logres. No estoy diciendo que solo necesitas pensar positivo para lograrlo, pero si es parte fundamental.
Inseguridad.- Si, es completamente cierto, no es seguro que te pegue a la primera, pero no hay éxito sin fracaso, eso sería como ganarte la lotería la primera vez que compras un boleto. Además, los fracasos son los mejores maestros, sin olvidar que nada es seguro más que la muerte, así que deja de lado las inseguridades y cree en ti porque si tu no crees nadie lo hará.
Frustración.- Vivimos en un mundo que evoluciona a mil por hora mientras nosotros seguimos siendo exactamente como hace miles de años. Por eso tenemos esa constante necesidad de inmediatez, casi tan inmediato como mandar un whatsapp.
La paciencia es una virtud y un punto clave en la escalera del éxito, al no tenerla podrías tomar desiciones impulsivas y equivocadas, se perseverante, ve escalón por escalón y no dejes de trabajar en ello.
Miedo al fracaso.- “Si fallo ¿que van a decir?”, “me van a tachar de tonto o tonta”, “mi primo ya tiene tal negocio y lo hizo en tanto tiempo y más joven”, “voy a defraudar a mi familia” ¿Haz pensado en alguna de estas? ¿si? Y alguna vez te has puesto a pensar ¿Qué vas a decir de ti mismo si no lo intentas?
¿Por qué le damos más peso a lo que piensen los demás que a lo que pensamos nosotros mismos? No estas en una competencia, no hay límite de tiempo para intentar y dar resultados, cada proyecto es diferente, no estas compitiendo contra nadie, simplemente estas emprendiendo.
Siempre habrá situaciones duras y no deseadas, pero siempre superables y que te dejarán algo de conocimiento.
Dejemos de satanizar los riesgos. Sí, traemos de fábrica evitar el dolor y no tomar riesgos creyendo que estamos protegiéndonos del dolor, cuando lo único que estamos evitando son las oportunidades.
Así que ya sabes, cuando te quieras aventar y lo estés dudando analiza si realmente hay factores inconvenientes o son tus emociones hablando.
Recuerda que lo único que tenemos seguro es la muerte y que todo lo demás es negociable.
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